Lo que más extraño del "voy de camino" -no me da miedo decirlo- es la impaciencia de querer llegar. La inquietud, el anhelo”
“El anhelo puede explicarse de mil modos. Seguramente abundan palabras para describirle. Pero solo se siente de una manera. Acaso en otro idioma se apilen las sílabas de tal forma que permitiría, no tan solo decir que se tiene anhelo, sino que al pronunciar la palabra en esa otra lengua que desconozco, toda la piel se eriza y se sonroja la cara. A guisa de abracadabra, ese otro vocablo que, de tanto la gente pronunciarlo, se ha convertido en la palabra más mentada universalmente, sin necesidad de ser traducida”“Y ¿a qué viene todo esto? No sé. Es difícil de explicar. Sobre todo si el destino al que se quiso llegar, cuando se iba de camino, ya no te espera.”
“¿Sabes lo que es un anhelo? Un anhelo es un deseo vehemente. Y la vehemencia es ese adjetivo increíble; dulce, amargo, paciente y cerrero -todo a la vez- que no te abandona ni te traiciona. Se queda contigo, mortificándote. Porque la vehemencia -según dice quien escribe diccionarios- implica que se es ardiente y lleno de pasión. Que hay fuerza impetuosa.”

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