De entrada parecerían los miembros de una de esas familias en las que ninguno se asemeja. Más bien parecen adoptados. Y seguramente lo son. Se trata de un grupo arrojado a quien la familia editorial Terranova le publica un muestrario de su talento -a través de breves relatos- que delata la verdadera intención del grupo. Ocho personas de distinto bagaje y personalidades contrastadas, que como las buenas pandillas conspira para asestar su próximo gran golpe, y a pesar de las diferencias en estilo y de género están determinados a vivir del cuento.
Por mi parte ha sido un privilegio haberles encontrado, haber estrechado sus manos y adherirlos a esa lista de personas a las que les sigo la pista.