
Hace años, mientras recibía aquella educación formal y pre universitaria leí en alguna parte que existía o existió lo que denominaron la Era de la Razón. Aparentemente una era muy breve. No hay horizonte que no se haya quebrado desde entonces. Nadie debería dudar que la supuesta "razón" abandonó sus propias fronteras para irse a "hibridar" con la extensa subjetividad que inunda al mundo.
La razón no deja de ser un concepto humano con el que se pretende persuadir a los semejantes. Y si no son nuestros semejantes mucho mejor. Al menos, en eso se ha convertido. Cuando se invoca, se le acompaña con un lastre peligroso.
La razón no deja de ser un concepto humano con el que se pretende persuadir a los semejantes. Y si no son nuestros semejantes mucho mejor. Al menos, en eso se ha convertido. Cuando se invoca, se le acompaña con un lastre peligroso.
Por ejemplo, qué razón si alguna se puede esgrimir para convalidar la guerra. De entrada, es obvio que la guerra es un antónimo de la razón. Sin embargo se buzcan razones para inmiscuirse en ellas y en provocarlas. En ese sentido hemos regresado entonces a la era de la razón: entendiéndose que razón no es más que una excusa.