lunes, 25 de febrero de 2008

Esos Amores

Maldeamores trata sobre ese “demonio” que nos tienta, nos estremece y nos hace actuar incoherentemente. Y como al fin y al cabo en este planeta la gran mayoría nos “endemoniamos”, es claro entonces que la película boricua tenga esa correspondencia de carácter universal, que distingue al cine que lleva pantalones largos.

Las locuras que hacen los enamorados no conocen latitudes. Es comprensible entonces entender porqué la cinta, que orgullosamente podemos llamar puertorriqueña, fue recibida con beneplácito por públicos de varios festivales internacionales, aun aquellos donde el castellano no es el primer idioma Otro atino de la película es que presenta la identidad boricua sin necesidad de blanquear su idiosincrasia. Ya era hora de presentarnos al mundo como somos. Solo así podemos reflexionar y llegar a lo que queramos ser.

Hay drama y comedia en Maldeamores. El drama proviene de ese sentimiento visceral que denominamos amor; y la comedia, de la atolondrada conducta que nos provoca. Así de elemental y universal es la propuesta. En Maldeamores una serie de personajes protagonizan cuatro historias de afección. Y las locuras que acarrea el estar enamorado sea del modo que sea independientemente de la edad. Desde un maniaco depresivo que se enamora a lo adivino de una chofer de autobús hasta una pareja que aparenta amarse a fuerza de incomprensión. Entre los dos extremos hay dos historias adicionales: de los preadolescentes que coquetean con las cosquillas del enamoramiento en una ingenua y dulce experimentación y la de un amor furtivo que todo lo deshace.

La película tiene mucho prestado de otros filmes exitosos en una exquisita síntesis de estilo propio. Carlos Ruiz Ruiz dirige la película. Su hermano Luis la produce y la esposa y cuñada respectivamente, M. Pérez, codirige y edita. El ojo fílmico es de PJ López. El productor ejecutivo es Benicio del Toro. En esta película el amor por el proyecto se siente a leguas. Es refrescante, sabrosa y muy puertorriqueña. Patrocínela, no se arrepentirá.