lunes, 3 de diciembre de 2007

Para quien sabe que el tiempo es indispensable; para quien ama como si no hubiera mañana; para quien sabe que las promesas hay que vivirlas y ratificarlas con nuestros actos y emociones….

El día lleva prisa ferroviaria.
Sin escala ni paradas,
te vuelves un recuerdo.

No saber de ti es un viaje incierto.
El paso firme del tiempo
nos roba las palabras, nos deja lejos.

A dónde van a parar las promesas.
En qué avenidas de las épocas
se van perdiendo.