lunes, 28 de julio de 2008

KO...

“La derrota tiene una dignidad que la ruidosa victoria no merece.” J. L. Borges.
Se dice que en Puerto Rico el deporte nacional es la política. Creo que no es correcto. En nuestro caso la política no es sino otro síntoma de la alocada circunstancia social que nos toca vivir. Es parte de nuestra enfermedad, y ya deberíamos darnos cuenta de cuan poco abona la política al bienestar de la comunidad. Somos un país disfuncional políticamente hablando y no estamos solos. A veces, bajo nuestra egocéntrica locura colectiva imaginamos lo contrario. Pero hasta en eso nos equivocamos. Somos parte de ese grupo de países que no ha podido refinar su proyecto Nacional. Y que conste, no se ha hecho porque falten herramientas.

Ahora bien, cuando hablamos de boxeo, entonces sí podemos precisar sin resquemor que estamos ante el verdadero deporte nacional. Nada apasiona más a un puertorriqueño que una buena reyerta en el cuadrilátero. Una pelea en la que se bate uno de nuestros campeones suele ser un evento casi tan importante como la víspera de un huracán. Dicho lo anterior, creo que la pelea de Miguel Cotto y Antonio Margarito merece un comentario.

De entrada uno debe aceptar que, como buenos puertorriqueños, nadie creería que alguien que se llame Margarito puede ganarle a un campeón boricua. Es parte de nuestra macharranería, pero supongo que el mentado Margarito ha puesto los puntos sobre la “íes”. Si no lo entienden, pregúntenle al amigo Cotto, que anda por ahí y cito, con “más chichones que un saco de cocos.” Gracias a quién: al innombrable, (Margarito, quien más)

Conozco infinidad de personas que abogan por la prohibición absoluta del boxeo, por ser violencia cruda y despiadada. Tienen razón en lo ultimo. No obstante, la gran mayoría de los pueblos practican algún tipo de arte marcial, particularmente los más civilizados. Con todo y el fundamentalismo religioso, sociológico y espiritual que existe, no de ahora, sino de época antidiluviana, llega uno a pensar que quienes proponen la eliminación del boxeo están lejos de conquistar al resto de los aficionados. Es más probable que un negocio millonario sobreviva a sus detractores. Es cuestión de probabilidades. Y si ese fuera el caso, es decir, que prevalecen quienes claman por la abolición del boxeo, de paso, se joden las putas. Por eso digo: es cuestión de probabilidades. Pero volvamos a Cotto vs. Margarito.

Soy un fiel admirador del pugilismo. Voy sin cortapisas en esto: el boxeo me encanta. Encuentro fantástico la habilidad de los boxeadores. Los movimientos, las fintas, la ofensiva y la defensiva. Por eso la contienda entre Cotto y el innombrable fue tan interesante. Durante los seis primeros asaltos Cotto hizo una demostración sofisticada y precisa ante el mexicano. Pero el mexicano resulto tan duro o mas que un cuero de conga, y del séptimo asalto en adelante fue el jalapeño más picante que el orgullo de Caguas haya probado jamás.

De hecho, tengo informacion extraoficial de que un conocidísimo restaurante mexicano no abrió las puertas al público el domingo ante las amenazas cursadas. Estas provenían de un grupo armado local, antes independentista, que ha perdido la inspiración por la lucha nacional, pero conserva intacta su afición al boxeo. Los facinerosos, como diría el generalísimo Creón Molina, amenazaron al manito dueño del restaurante con quemarle el establecimiento y de paso obligarían a la esposa hacer tortillas, pero no de las mexicanas.

Pero de vuelta a lo que nos duele, pude percatarme de algo durante la pelea: Cotto no castigó el cuerpo del rival como acostumbra. Algo me dice que quería noquear al contendor con golpes a la cabeza. Pero Antonio Margarito resultó ser un necio: no se dio por enterado y le aguantó cuanto manotazo le pegaron. Mírenle la cara. Su rostro fue acariciado en grado superlativo. Pero no se dio por vencido. En cambio la ofensiva del nuevo campeón, (sí, el innombrable) consistió en perseguir y golpear donde cayeran sus puños: Cara, hombros, brazos, guantes, cuello, oreja, cabeza, bíceps, antebrazo, ombligo, muslos, cachete, bemba (ahí dio bastante), nariz, culo…en todas partes. Como cuando uno ablanda un bistec, pues. Cotto respondía con combinaciones precisas y técnicamente correctas. Pero aparentemente, el hijo de la gran Tijuana ese, tenía mandíbulas de burro. Margarito aguantó todo lo que le pegaron en la cara, que fue mucho y bueno. Pero, por algún albur divino (que usualmente todos los que vivimos del Rio Grande hacia el sur apodamos cojones) pudo resistir. Y entonces con ese mismo albur (es decir, con los cojones bien puestos) sistemáticamente se dedicó a sembrarle guantazos por todo el cuerpo. Uff. Esos dos últimos asaltos fueron picosos. Fueron dos episodios propios de un interrogatorio zimbabwense. Ni durante el trujillato se repartió tanto coñazo. Tony, como le llaman los amigos, fue el mejor esa noche. Y en el boxeo ser el mejor solo significa algo: doblegar al contrincante a puro golpe. (De ahí que algunos “supremacistas” pidan a gritos la prohibición del deporte). Me pregunto si también exigirían con igual denuedo se proscriba a los políticos.

Si me preguntan a mi, solo me resta decir lo siguiente: Don Emilio E. Huyke solía decir que cuando uno grande bueno se enfrenta a un pequeño bueno, las probabilidades se inclinan a favor del grande bueno. Cotto ha librado solamente seis combates en el peso welter, división de la que se hizo campeón cuando arrebató el titulo a otro boricua, Carlos “El Indio” Quintana, en diciembre del 2006. Es decir, Cotto pelea en la división “welter” hace menos de dos años. En cambio, el nuevo campeón Margarito, pelea en dicha división con bastante éxito desde febrero de 1996. El hombre mide casi seis pies (5’11 1/2”). En otras palabras, el mexicano es un welter muy natural, contrario a nuestro ex campeón cuya estatura es de 5’7”. Ciertamente hay un gran número de boxeadores, peso welter, que hicieron historia en la división a pesar de no contar con una estatura similar a la de Margarito. Pero muchos otros, entre los 5’10” y los 6’00”, se cuentan entre los más demoledores campeones de la historia y fueron extremadamente efectivos en el peso welter. Margarito es más alto y más fuerte que Cotto. Lleva acoplado en el peso welter más de diez años. Creo que la máxima de don Emilio Huyke se repitió con tan mala suerte que el nuestro corrió con la peor parte.
Pero no desesperéis, por toda la logística utilizada en las divisiones esto solo ocurre en el boxeo. Sin embargo, la política, es otra historia.

6 comentarios:

revaram dijo...

Me gusta el boxeo, especialmente el desarrollo de su estrategia ajedristica para alcanzar fajas y campeonatos.
Sin embargo cuetiono hasta donde se deben tolerar unos golpes que pueden generar hasta en muerte.
Es obligatorio sentir empatia por familiares mas cercanos del contrincante perdedor: esposa, hijos padres...

Escuchar una discusion abierta entre los allegados a Cotto en materia decisional es obligatoria para saber cuales fueron los criterios evaluados para considerar y eventualmente aprobar este enfrentamiento.

Criterios obvios seran experiencia, estatura, alcance y peso. Tres del total son desventajas para el nuestro, una mayoria que nunca debio pasarse por alto al tomar este tipo de decision.

Pregunta obligada es: que peso en esta reyerta tuvo el amigo don dinero... y usted, que cree?

César Maraver Marrero PR dijo...

El precio promedio de una taquilla para la pelea de Cotto y Margarito oscila en los 360.00 dólares. Al evento asistieron alrededor de once mil fanáticos (11,000).Con esos números puede estimarse que la taquilla dio a los promotores del evento casi cuatro millones de dólares (3,960,000). El precio por pague por ver (PPV) era de cincuenta dólares (49.95). Supongamos que al menos 150 mil personas adquirieron derechos para ver la pelea, para generar siete millones y medio de dólares. Entre una cosa y otra ya tiene poco más de once millones de dólares sobre el tapete. Como poco. Súmele los auspicios, esas “marcas” que se anuncian en el centro del cuadrilátero, en las esquinas, en los afiches. Añádale la venta de la grabación de la pelea en mercados que puedan estar interesados. Ahí tendrá una idea de lo que genera un evento boxístico. Claro que sí, el dinero tiene gran peso en este negocio de los pescozones.

César Maraver Marrero PR dijo...

De hecho, solo por curiosidad, no encuentra raro que su seudomino constituya mi apellido al reves? Quizas seria bueno que se identificara.

revaram dijo...

pura casualidad,nada personal,estaba pensando que nombre usar, mire y vi su apellido, se me ocurrio usarlo al reves;me lo puedo cambiar si asi lo desea

César Maraver Marrero PR dijo...

jajajaj no, solo me gustaria saber quien tiene la gentileza de visitarme,para ser yo un mejor anfitrion... si se siente comodo(a) con el seudonimo, no hay problema... en cuestion de gustos no hay disputa. gracias por visitar y no deje de comentar

Anónimo dijo...

Mi identidad? mi nombre? los datos mas importantes ya los inclui en mi "profle",descuide, no me conoce pero espero que en algun momento asi sea.

He tenido que entrar bajo anonimo porque se me ha olvidado el "password". Como lo recupero?