domingo, 8 de abril de 2007

El Gólgota del Limeño

Antonio Robles Jara jamás olvidará la semana santa de 2007. Sera una efeméride de proporciones bíblicas y sin duda alguna llevará el recuerdo a flor de piel. Es más, Tony, como cariñosamente deseamos llamarlo, puede dar gracias porque contrario al hijo de dios no tuvo que resucitar después de su martirio. Se quedo aqui en la tierra y podrá narrarlo a las generaciones futuras.
Es decir, no se murió pero en su viacrusis saboreó algunos efectos secundarios íntimamente relacionados a su afición de encarnar a Jesucristo. Resulta que Robles Jara es un actor a quien le ha tocado representar al mesias -y le gusta de hecho- en una de esas procesiones en vivo con las que se caracterizan en uno de los muchos pueblos repletos de fervientes creyentes. En su viacrusis, JesucrisToni no cayó tres sino nueve veces; los latigazos hicieron lo suyo y Matías aparentemente vislumbró que no era conveniente echarle una manita al nazareno. Varias fracturas, una fisura en la clavícula, golpes internos y hematomas recordaron a Jesucristoni su muy mundana naturaleza.

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